Orreaga, mucho más que un lugar de paso

Historia, leyenda, naturaleza, arte, gastronomía, fiesta… comparten escenario en Orreaga, uno de los lugares más emblemáticos del occidente europeo. Punto de partida para muchos peregrinos a Santiago, es también un lugar idóneo para el excursionista de a pie, puesto que desde ahí son numerosas las rutas que pueden seguirse y, por supuesto, también para el aficionado al arte, ya que el conjunto monumental de la Real Colegiata de Santa María justifica por sí mismo la visita a este lugar. Su situación estratégica, hizo de Orreaga un lugar de paso e importante vía de comunicación a lo largo de la historia. Pero si cobró especial fama fue por la épica batalla de Roncesvalles, en la que, el 15 de agosto del año 778, los vascones acabaron con el ejército franco y dieron muerte a Rolan, sobrino de Carlomagno, y a los Doce Pares. Este suceso dio origen al cantar de gesta más importante de la literatura francesa, Chanson de Roland. La conjunción de geografía e historia ha dejado en Orreaga un importante poso artístico. Con el fin de asistir a los peregrinos, hacia 1127 el Obispo de Pamplona, a instancias del rey Alfonso el Batallador, fundó la ins-titución hospitalaria. Algo más tarde, a principios del siglo XIII, el monarca navarro Sancho VII hizo construir su iglesia, la Real Colegiata de Roncesvalles. Es de estilo gótico francés, se tomó como patrón la Catedral de Notre Dame en París y se utilizó piedra caliza de Auritz. En su interior se encuentra la imagen de la Virgen de Orreaga, y en el claustro, dentro de la Sala Capitular o capilla de San Agustín, está la tumba con la estatua yacente de Sancho el Fuerte en tamaño real (2,25 metros, según cuenta la leyenda), las mazas del monarca y las cadenas de la batalla de las Navas de Tolosa. Otras construcciones son la Casa Prioral, que alberga el museo-biblioteca (con valiosas obras de tallas, lienzos, numismática, libro antiguo manuscrito e impreso, y orfebrería), la Casa de los Beneficiados y el hospital (hoy albergue juvenil). Los visitantes disponen aquí de oficina de turismo (situada en lo que fue un antiguo molino) y de hospedería.

Por último, si lo que prefiere es dar un paseo, corto o largo, las alternativas son varias, ya que los alrededores de Orreaga están sembrados de lugares para «perderse» y descubrir la riqueza vegetal y animal de la zona. Entre ellas, no puede olvidarse la visita al alto de Ibañeta, con la ermita de San Salvador dominando sobre el terreno.

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