Los fuertes que rodean Gares

Gares contó para su defensa de varias fortificaciones a lo largo de los siglos XIX y XX. Cinco fuertes que rodeaban estratégicamente la localidad, de los que se guardan algunos restos que visita esta ruta.

Plaza importante en la Guerras Carlistas, la ruta propuesta destaca por su interés histórico-cultural, así como por su interés paisajístico y medioambiental. Rodea prácticamente todo el casco urbano, se acerca a la ermita de Arnotegi de Obanos y pasa junto a los fuertes de San Martin, la Grana y la del Moro. Además, transcurre por un hermoso pinar y por amplias zonas de secano.

El trayecto arranca en el puente románico sobre el río Arga, y tras cruzar la carretera, asciende por un sendero estrecho entre pinos al Fuerte de San Gregorio, del que sólo quedan las piedras esquineras.

Sigue la loma por sendero y camino rural, y tras un breve descenso, asciende al portillo de Nekeas. Transcurre por un pequeño tramo de la Cañada Real, y sigue hasta el Fuerte Infanta Isabel, a unos 100 metros a la izquierda del camino. Es el que mejor se conserva.

El camino desciende al collado de Arnotegi, la ermita de Obanos queda enfrente, a unos 150 metros; y gira a la izquierda hasta llegar al cementerio, situado al pie del cerro de El Reducto, que se rodea para ascenderlo más adelante. Cabe destacar que en ese lugar se encontraron cerámicas y manufacturas de la Edad de Hierro. Como el resto de los fuertes fue cubierto y revegetado.

Desde allí, la ruta entra en Gares por el Camino de Santiago y pasa por la Iglesia del Crucifijo. Tras cruzar la carretera asciende al Fuerte de Zabaltzagain. Cumplió labor de vigía militar del Camino Real desde Iruñea y de comunicación con el fuerte de los Topos, al otro lado del puente románico, que cubría el camino hacia Lizarra. Sus restos actualmente están rodeados por nuevas urbanizaciones.

Sigue la calle Sarria hasta el río, por cuya orilla se regresa al punto de partida.