Zangozerria

Ikustekoak

Enclavado en plena naturaleza, al pie de la sierra que toma su nombre, se alza el Monasterio de San Salvador de Leire. A lo largo de los siglos ha sido corte real, sede episcopal y panteón de los reyes de Nafarroa. Merecen mención la cripta del siglo XI y el pórtico románico que da ingreso a la iglesia. En Irunberri se puede visitar el monasterio de Santa María Magdalena (s. XVI), convertido en centro cívico; en su interior se encontró un mosaico romano del siglo II. De visita obligada es la iglesia románica de Santa María la Real, una de las obras más complejas del arte medieval navarro y cuya portada es una de las joyas arquitectónicas de Zangoza.

Asimismo, la imagen de piedra del Apóstol que acoge la iglesia de Santiago el Mayor (1365) es considerada una de las más fabulosas de la Ruta Compostelana. Otros templos: conventos del Carmen y de San Francisco de Asís, iglesia de San Adrián de Vadoluengo, y ermitas de Nora y San Babil en Zangoza; ermita de la Trinidad y parroquia de la Asunción en Irunberri.

Cuna del patrón de Nafarroa, el Castillo de Xabier es una pequeña fortaleza que tuvo una gran importancia estratégica dentro del Reino de Nafarroa por su situación fronteriza con Aragón. En la dependencia que actualmente ocupa la basílica, nació San Francisco Javier en 1506. En el castillo Principe de Viana (s. XIII) se celebraron numerosas Cortes del Reino y fueron muchos los monarcas navarros que pasaron allí largas estancias. En Irunberri está el palacio barroco de Casa Antillón (s. XVIII), que comparte estilo con el palacio Ongay – Vallesantoro (s. XVII) de Zangoza, donde también destacan los palacios de Añués, los Sebastianes, Iñíguez de Medrano e Iñíguez Abarca. Otros atractivos: Portal de Carajeas (Zangoza), puentes medievales, ayuntamientos de ambos municipios (de los más antiguos de Nafarroa).

El entorno natural es otro elemento incomparable de la comarca. Las foces de Arbaiun e Irunberri son dos espectaculares cañones producidos por la erosión de los ríos Irati y Zaraitzu, respectivamente. La primera es de difícil acceso, mientras que se puede recorrer el interior de la segunda y observar su frondosa vegetación. En la salida está el Puente del Diablo –su nombre se liga a una antigua leyenda– destruido en el siglo XIX. En el embalse de Esa sale a la luz el balneario romano de Tiermas cuando el nivel de sus aguas baja un 30%.

No te puedes ir de Zangozaldea sin probar la pochas.