Arabako Lautadako Kuadrilla

Ikustekoak

Son varios los rastros prehistóricos presentes en la comarca. Junto al núcleo de Egilatz (Donemiliaga), se encuentra el dolmen de Aizkomendi, monumento funerario de la Edad de Bronce, considerado el más grande de Gipuzkoa, Araba y Bizkaia. Formada por diez grandes losas y cubierta por una piedra como tapa, el corredor por el que se accedía a la cámara central y los restos de su interior fueron destruidos poco después de su descubrimiento. En Arrizala, al sur de Agurain, se puede visitar el dolmen de Sorginetxe que, según la leyenda, fue construida por las brujas. Formada por seis losas, en él se encontraron restos óseos humanos. En la sierra de Entzia se encuentra, por su parte, el crómlech de Mendiluze (aprox. 1000 años A.C.). Se trata de un círculo de piedras pequeñas en las que sobresalen cuatro grandes menhires y en el que encontraron una estructura interna en forma de cista rectangular que contenía restos de huesos y carbones.

Cerca de Dulantzi se ubica el castro de Henaio, un antiguo poblado fortificado de la Edad de Bronce. Durante 800 años, varias generaciones de gentes de origen centroeuropeo y celtibérico desarrollaron su vida en el lugar y ahora se puede visitar con las murallas del poblado y las terrazas reconstruidas.

En el monte junto al núcleo de Gebara, en Barrundia, se alzan los restos de un castillo levantado en el siglo X y reconstruido en el XV. Fue derribado en 1839, pero se conservan algunos muros de sillería de más de un metro de grosor y, bajo ellos, varias galerías abovedadas. Próximo a Araia se encuentra el castillo de Marutegi (s. VIII), que se levantó como defensa de fronteras y fue clave en las luchas entre Nafarroa y Castilla debido a su posición estratégica.

El túnel de San Adrián es una cueva natural que atraviesa una montaña de roca, a 1.000 metros de altitud, en pleno parque natural de Aizkorri-Aratz. Tiene 70 metros de largo y en su interior alberga la ermita de San Adrián, hasta donde llega una calzada medieval. La calzada descendía hacia Zalduondo y en el entorno de Aldakio se desviaba un ramal hacia Gasteiz. Se han restaurado los restos que quedaban de la calzada y se ha acondicionado para el tránsito de personas.

En Gazeo, dirección a Agurain, nos encontramos con la Iglesia de San Martín de Tours. A pesar de las recientes restauraciones, el exterior de la iglesia revela perfiles propios de un templo románico rural. Alberga el mayor conjunto de pintura mural gótica de Gipuzkoa, Araba y Bizkaia (s. XIV), una obra sin parangón por la expresividad de sus policromías. Por otro lado, la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción de Alaitza (s. XII), en Iruraiz-Gauna, es una de las obras más enigmáticas y sorprendentes de la Edad Media. En el exterior se observa una antigua estela romana escondida entre la mampostería, mientras que en su interior no hay imágenes religiosas, pero conserva pinturas bélicas realizadas a base de siluetas de almagre, cuyo significado aún se desconoce.

La Iglesia de San Martín de Tours en Arbulu, y la Iglesia de la Natividad (s. XII) en Añua (Burgu), son dos templos de gran interés, en cuyo interior aparecen pinturas de época medieval, renacentistas y barrocas. El primero es uno de los grandes templos de la llanada alavesa y en su cabecera el visitante puede disfrutar de uno de los mejores conjuntos de claves góticas de Araba. Desde este promontorio se divisan las localidades de Argomaiz, Oreitia y Matauku y, al fondo, el cerro donde se alza el Santuario de Estibaliz. En el exterior de la segunda iglesia se puede visualizar uno de los ábsides más ricos de toda la comarca. El estilo del templo es de transición entre el románico y el gótico; la bóveda conserva pinturas renacentistas y tras el retablo barroco aparecieron pinturas murales de la época medieval.

Por su parte, la ermita de San Bitor, ubicada a escasos metros de la cima del monte Itxogana, es una construcción de estilo rural. El santo es originario del pueblo de Elorriaga. Los vecinos de Gauna conservan el cráneo de San Bitor en un recipiente de plata y cada año lo suben a la ermita para pasar agua a través de él. También lo emplean para bendecir los campos y, según dice la leyenda, también contiene propiedades curativas.

La villa amurallada de Agurain es uno de los lugares que mejor conserva la esencia de su historia entre sus muros, a pesar de haber sufrido un incendio en el siglo XVI. Conserva su entramado medieval, gran parte de las murallas y las iglesias góticas de San Juan y Santa María, así como la ermita románica de San Martín. En las construcciones civiles destacan palacios renacentistas y barrocos, las famosas “olbeas”, que eran unas largas calles porticadas en las que se ubicaban los espacios de mercado para proteger a los comerciantes de las inclemencias del tiempo, o la antigua judería.

Junto a la iglesia de Zalduondo se encuentra el Palacio Lazarraga-Amezaga (s. XVI), donde se sitúa el Museo Etnográfico, y que guarda varias colecciones de elementos religiosos, pinturas, obras de cerámica y tallas de madera que ayudan a conocer la historia, la cultura y el arte de la zona. En el exterior se observan un escudo y una escultura tallada en piedra. No te puedes ir de Arabako Lautada sin visitar el entorno de la fundición Ajuria y Urigoiti en Araia, uno de los paisajes industriales más bellos de Euskal Herria.