Añanako Kuadrilla

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En el espectacular paisaje natural de la comarca, destaca el Valle Salado de Añana, reconocido como Patrimonio Agrícola Mundial por la FAO (Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura). Más de 5.000 eras de sal confieren a esta zona su identidad, a través de las cuales se puede conocer el proceso de elaboración artesanal de este producto. Sin embargo, no es el único tesoro de la zona. En Langraitz se encuentra el espectacular Jardín Botánico de Santa Catalina, que atesora cerca de mil especies, tanto autóctonas –en su mayoría procedentes de la Sierra de Badaia–, como de otros lugares del mundo. Árboles milenarios, plantas fascinantes, flores curiosas que cambian con las estaciones… Este jardín se sitúa en torno a un monasterio en ruinas que en origen fue una casa torre (s. XII) perteneciente a los Martínez de Iruña, una de las familias más poderosas del municipio, y que posteriormente fue donada a los Jerónimos. En Lantarón, por su parte, podemos visitar el lago natural de mayor importancia de Hego Euskal Herria, el de Caicedo Yuso, declarado biotopo por su gran interés ecológico, por la multitud de aves que acoge y la diversidad de su fauna. Continuando nuestra ruta por la naturaleza, también podemos visitar Gaubea, que posee densos bosques de pino Albar. En el valle, una zona natural a destacar es sin duda el Parque Natural de Valderejo, que cuenta con laderas boscosas, prados y diferentes cultivos. En sus roquedos vive la colonia de buitres leonados más numerosa de la zona.

Bajo las aguas del embalse de Sobrón (Lantarón), quedó sepultada la ermita primitiva de Nuestra Señora de Quijera, cuya imagen se restauró y trasladó a la cercana ermita románica de San Martín de Lantarón. Junto al río Tumecillo se sitúa la gruta en la que, según la tradición, el pastor Hernando Martín halló la imagen de la Virgen en el 1089. La misma puede verse en el Santuario de Nuestra Señora de Angosto (s. XIV), en Gaubea, un bellísimo edificio restaurado en el que podemos apreciar su primitiva construcción gótica. En la zona se encuentran, asimismo, San Román de Tobillas (s.IX), considerado el primer templo cristiano del territorio, y la iglesia de Tuesta, de estilo pregótico, que posee una de las portadas más representativas del románico en Araba. También Kuartango cuenta con importantes vestigios, como el Santuario de Nuestra Señora de Escolumbe o la ermita de la Santísima Trinidad, cercano a Gillarte.

Otras propuestas: En Bachicabo (Gaubea), el convento de las Comendadoras de San Juan de Acre y el templo de Santa María de Villacones, en Gesaltza Añana.

Son varios los edificios defensivos medievales que pueden visitarse en Añanako Kuadrilla. Cerca del núcleo urbano de Langraitz se encuentran las torres de Vayagüen, El Encinal y Almoreta, que fueron empleadas durante las guerras carlistas. Dos torres flanquean el pueblo de Fontecha (Lantarón), la del Condestable y la Torre Palacio de los Orgaz. Con el paso de los años, estos lugares han dado cobijo a los actuales alumnos de la Escuela Micaela Portilla, que se forman en diferentes oficios para recuperar el patrimonio histórico de la comarca y cuyos trabajos se pueden apreciar, entre otros, en la propia torre donde aprenden. La torre-palacio de los Varona, en Gaubea, es la única fortaleza alavesa que conserva su foso y en la que han vivido de forma ininterrumpida los descendientes directos de doña María Pérez, llamada “Varona” por su valentía al hacer prisionero a Alfonso I El Batallador. Ozio (Zambrana) cuenta con el Risco y el Castillo de Llanos que, al igual que la torre de Portilla, tuvo un origen defensivo entre las tierras de Nafarroa y Castilla. El Castillo de Portilla perteneció en un tiempo al Reino de Nafarroa y las torres de este castillo son el motivo central del escudo del Territorio Histórico de Araba. Por su parte, la Casa Torre Urbina Basabe (Kuartango), que en 1458 tomó su apariencia actual, alberga restos romanos que se sitúan entre los más antiguos encontrados.

El yacimiento arqueológico Iruña-Veleia (Langraitz) es una de las joyas del municipio y uno de los enclaves romanos más importantes del territorio. También en Zambrana se han encontrado restos romanos y medievales, cuya mención más antigua data del siglo XI. También perduran los restos de construcciones megalíticas como el dolmen de la Mina, considerado uno de los monumentos megalíticos más importantes del territorio, o el dolmen descubierto de Lastra, en Lantarón, así como los cuatro dólmenes de Katadio y las pinturas rupestres encontradas en las cuevas de Solacueva de Lacozmonte, en Kuartango. Asimismo, cabe mencionar las cuevas eremíticas de Gaubea, siendo las más relevantes las de Uribarri Gaubea, Tobillas, Corro y Pinedo.

El Calero, torre de calcinación de más de 15 metros, restaurado y declarado monumento, destaca entre la multitud de molinos y vestigios del pasado fabril de la zona de Langraitz. En las afueras del municipio se sitúa el colegio de los Hermanos Menesianos, un lugar empleado como balneario en el siglo XIX. En la misma época, Sobrón (Lantarón) albergó un balneario denominado “el vichy español”. Actualmente, acoge el Museo del Agua y el Centro de Aventura. No te puedes ir del Valle de Añana sin visitar Pobes y Leciñana Oka, lugares de paso obligado desde Castilla hacia el mar en la Edad Media. Conservan ingenios defensivos, torres y casas fortificadas enclavadas en las murallas.